¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos destinos te llaman la atención como un imán mientras que otros simplemente... no? Bueno, detrás de ese magnetismo (o su falta) hay una ciencia y arte llamados "place branding". Pero, ajá, cuántos tropiezos podemos encontrar en ese camino. ¡Aquí te dejo mis top 5 de malas prácticas en el mundo del place branding!
1. La autenticidad fingida:
Intentar vender un destino como el paraíso terrenal cuando en realidad es más bien un lugar común, es como intentar hacer pasar tofu por churrasco. La gente busca experiencias reales, no postales retocadas. ¡Seamos genuinos!
Un ejemplo que podemos considerar es la campaña "Visit Scotland". Esta campaña se centró en la autenticidad al destacar las experiencias únicas que solo se pueden vivir en Escocia, como sus paisajes naturales, su rica historia y su cultura distintiva. La clave de su éxito fue mostrar la verdadera Escocia, con sus días lluviosos incluidos, evitando la idealización excesiva y conectando con los visitantes a un nivel emocional más genuino.
2. La visión de mosca:
Pensar solo en el corto plazo es como ser una mosca que solo ve lo que tiene delante de sus narices.
El place branding es un maratón, no un sprint. Paciencia y perseverancia son las claves del éxito. ¡No te conviertas en una estadística más de proyectos a medio terminar!
Y es que esta visión a corto plazo puede ser tentadora, especialmente cuando se busca un éxito rápido. Sin embargo, ejemplos como la transformación de Bilbao, con la apertura del Museo Guggenheim, muestran el poder de una visión a largo plazo. Este proyecto no solo cambió la cara de la ciudad sino que revitalizó su economía y cultura durante décadas.
3. El club exclusivo:
Hacer un place branding que solo beneficie a unos pocos es como hacer una fiesta e invitar solo a tu círculo cercano. El verdadero éxito viene cuando todos son parte del festejo y la comunidad entera se beneficia. ¡Abramos las puertas!
El ejemplo es la iniciativa de "Detroit's Comeback". Esta campaña se centró en revitalizar la imagen de Detroit, destacando no solo su rica historia automotriz y musical, sino también sus esfuerzos de renovación urbana y comunitaria.
La estrategia incluyó la promoción de nuevos desarrollos, espacios culturales y la participación comunitaria, demostrando cómo el place branding puede contribuir al bienestar de la comunidad local al involucrar a sus miembros en el proceso de revitalización.
4. La zona de confort creativa:
Quedarse en lo seguro es como comer siempre en el mismo restaurante. Explorar nuevas ideas y caminos creativos puede llevarte a descubrir la próxima gran atracción de tu destino. ¡Innova o muere intentándolo!
Por ejemplo, la campaña "I Amsterdam" fue más allá del típico marketing turístico al crear una narrativa inclusiva que destacó la diversidad y creatividad de la ciudad, promoviendo tanto el turismo como el orgullo local. Este enfoque ayudó a posicionar a Ámsterdam como un destino vibrante y acogedor.
5. El laberinto de la complejidad:
Tratar de simplificar demasiado un destino es como intentar resumir "El Quijote" en un tuit.
Aceptemos y celebremos la complejidad, encontrando maneras de comunicarla que sean tanto atractivas como memorables. ¡Haz que cada palabra cuente!
Japón, con su campaña "Endless Discovery", logró equilibrar su rica historia y tradición con la innovación y modernidad, mostrando la complejidad del país de una manera que atrae y fascina a los visitantes, promoviendo una exploración más profunda.
¿Te has encontrado con alguna de estas prácticas en tus viajes o en tu trabajo?
¡Comparte tus experiencias!
Y recuerda, en el mundo del place branding, como en la vida, a veces los mayores aprendizajes vienen de lo que decidimos no hacer.
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